Crear conciencia en nuestros participantes sobre las consecuencias físicas, psicológicas y sociales que padecen debido al uso,
abuso y dependencia de substancias.
Ayudar al participante a recobrar el sentido de dignidad, valor personal y la capacidad de amar.
Mejorar la calidad de vida de los participantes a fin de que le permita un buen desarrollo personal, familiar, social y espiritual.
Desarrollar en el participante relaciones de cooperación y armonía entre él, su familia y su entorno.
Ayudar al participante a lograr y mantener su abstinencia a través del uso de tratamiento farmacológico y el fortalecimiento de sus
recursos personales y familiares.